
Al mismo tiempo los
poseedores de grandes fortunas se las llevaron al extranjero, y continúan
haciéndolo. Y mientras el gobierno Rajoy premia a los ladrones por volver a traer su dinero y sacan de nuevo
todo el que puedan. El autor no duda en calificar como confabulación y conjura
el pacto de silencio que banca, gobierno, medios de comunicación y grandes
catedráticos de economía llevaron a cabo por motivaciones poco recomendables y
no por evitar el catastrofismo.
Pedro Solbes no
tardaría en perder posiciones. La Ministra de Administraciones Públicas, Elena
Salgado, en cumplimiento con el acuerdo alcanzado con los sindicatos y antes de
sustituir al Ministro en Economía reclama la subida del salario de los
funcionarios un 5%. Solbes se niega, y aquella discusión fue ganada por Elena
Salgado. En 2010, Zapatero ve en la Presidencia española de la UE una magnífica
oportunidad para recuperar fuerza , y en ese contexto resulta muy curiosa la
anécdota de la Ministra Salgado,
pretendería alcanzar la Presidencia del Gobierno siendo consciente de
que las presiones familiares aconsejaban al Presidente no intentar la
reelección, la cosa acabó mal.
Los ataques
especulativos en los mercados contra la deuda española se suceden y Zapatero
llega a pedirle al Centro Nacional de Inteligencia que investigue quien está
detrás de ello. Eran días de paranoia que recibieron la decepcionante respuesta
de que no había nadie más que la codicia detrás de dichos ataques. Comenzó en
España una creciente incomodidad hacia la Alemania de Angela Merkel , cuyo
ministro de finanzas, Wolfgang Scháuble, intentaba convencer a Rajoy para sucumbir a la
austeridad reclamada por los germanos.
La noche del 9 de mayo
de 2010, Elena Salgado logra un acuerdo en el Consejo Europeo por el cual
España acepta un recorte del 1,5 del PIB para 2010 y 2011. Obama llamó a Merkel
y Sarkozy para decirles que además de las cuestiones fiscales estaban las de
competitividad, por lo cual España tenía que complementar los recortes con una
profunda reforma laboral y de pensiones. Aquel fue el momento en el que España
perdió definitivamente su capacidad de decisión en materia económica.
Terminaba aquel año con
Grecia, Irlanda y Portugal intervenidas, por su parte Italia y España resistían
todo lo que podían.
Y así alcanzamos el
final de Zapatero, según el autor un mal gestor de la Crisis que escuchando a
Miguel Sebastián (Ministro de Industria) mucho más que Pedro Solbes, no fue
capaz de evitar el declive tras el legado de José María Aznar .
Tampoco favorecieron a
la imagen del socialismo las numerosas protestas de los indignados de la Puerta
del Sol, pues no conseguían generar la misma afección entre la izquierda y la
derecha.
Después del gobierno de
Zapatero, llegó el éxito para los populares bajo el mando de Mariano Rajoy, considerado
como un líder sin carisma.Nunca antes en la historia de la nueva democracia
española un dirigente político acumuló tanto poder para poder cumplir las
exigencias europeas.
Los días que vivimos
peligrosamente concluye en la actualidad más reciente, no obstante Guindal
define cuales serán los cuatro errores de Rajoy: desafió a las autoridades
europeas al cambiar unilateralmente el objetivo de reducción del déficit
público en 2012, elevándolo del 4,4 al 5,8 por ciento; en segundo lugar, no
disimuló el déficit heredado del gobierno socialista revisándolo al 8,5 por
ciento; en tercer lugar, aplazó la aprobación de los presupuestos hasta después
de las elecciones andaluzas. Y, por último, fue incapaz de dar una salida a
Bankia que se terminó convirtiendo en un problema sistémico.
Opinión personal
Al igual que El declive de los dioses, Los días que vivimos peligrosamente, es un libro muy denso, no por ello
menos interesante pero demasiado extenso, si es cierto que resulta complicado
sintetizar tanta información en menos páginas pero es un libro cuya lectura es
pesada y tiene que ser lenta para comprender todos los datos que se aportan y
todos los nombres.
Creo que ambos libros
se centran en la economía pero siempre desde el punto de vista de la política y
se extiende demasiado en las explicaciones sobre las medidas de los diversos
ministros de economía y presidentes del gobierno.
El problema de nuestro
país, ha sido que sus gobernantes no han sabido realizar correctamente su
trabajo, no han sabido advertir a la gente del inicio de una crisis económica
que si se hubiese atajado desde un principio quizás no hubiese llegado a los
extremos en los que nos encontramos: la cantidad de desahucios es mayor cada
día, la tasa de paro esta alcanzando unos niveles altísimos que nunca antes se
habían producido, y mientras que millones de españoles están pasándolo
absolutamente mal para llegar a fin de mes, si es que llegan, los políticos
siguen gastando nuestro dinero en medidas absurdas, comidas, viajes en clase
alta, coches oficiales, y todo tipo de comodidades a costa del dinero de los
españoles.
Nuestro dinero se
despilfarra en cosas inútiles que no nos ayudan a salir de la crisis económica
y que únicamente se dirige a llenar bolsillos que ya están suficientemente
llenos y a dejar más vacíos aquellos de los que apenas tienen dinero para subsistir.
No se puede culpar
únicamente a un político de la situación que atravesamos, aquí han tenido que
ver todos tanto la izquierda como la derecha, y hasta que dejen de tirar
piedras unos sobre el tejado de los otros y comiencen a colaborar esta
situación no va a mejorar, y menos contando con todo lo que se ha permitido y
comienza a salir a la luz ahora que estamos como estamos.
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